Acabo de leer "sobre el cielo y la tierra" una obra en la que el Rabino Abraham Skolka y el entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio (hoy Papa Francisco) discuten diversos temas de índole social y religiosa.
No podría pasar de largo la oportunidad de compartir con los docentes y seguidores de este blog un apartado del libro que lleva por título "Sobre la educación". Allí se nos plantea la relación que existe entre la educación y la religión, además de la importancia de la educación religiosa en el ambiente escolar y la gran diferencia entre el rol del "profesor" y del "maestro" .
Jorge Mario Bergoglio, y el rabino Abraham Skorka mantuvieron unas largas conversaciones basadas en una fuerte amistad . Los temas tratados fueron religiosos y espirituales como la existencia de Dios, la importancia de los líderes religiosos, la pobreza y la acción social; pero también se complementaron con otros más polémicos como el matrimonio gay, el aborto, el ateísmo, los fundamentalismos, la política, el poder, la dictadura. Sin dejar de lado otros tantos como: la fé, la ciencia, la educación y la vejez.
Este libro se destaca por el profundo nivel alcanzado en los diálogos entre estas dos figuras y por el compromiso adquirido en la selección de los tópicos y en sus opiniones. Un libro fundamental para entender cómo ve nuestro mundo y el futuro de la religión el nuevo líder de la Iglesia católica.
Diego A. Marín
Sobre la educación:
Skorka: La religión es una cosmovisión del mundo. Y educar significa transmitir una cosmovisión. Por lo tanto, las dos cosas están íntimamente ligadas. Cuando analizamos cómo se formaron las distintas culturas, vemos dos planos: el avance tecnológico en las sociedades, por un lado; y la formación de la cultura como manifestación de los valores que conforman el modo de vida de los pueblos, por el otro. La cultura, en esencia, es la respuesta a tres preguntas: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es la naturaleza? ¿Qué es Dios? Entonces, resulta indispensable que en la formación de los chicos se estudien estas preguntas y las respuestas que la religión tiene para ellas. Alguien puede señalar que en una sociedad democrática se debería dar todo un espectro, no una sola parte. Por supuesto que comparto la idea, y por eso no acuerdo con una clase de religión en las escuelas públicas, tal como se daba en el pasado.
Bergoglio: Tampoco acuerdo con las clases de religión que supongan discriminación a los no católicos. Pero sí creo que la religión debe formar parte de la educación en la escuela, como un elemento más en el amplio abanico que se brinda en las aulas. Me parece discriminatorio que no se hable de la religión, que no se enseñe el punto de vista religioso de la vida y de los acontecimientos históricos como se hace con otras disciplinas.
Skorka: Estoy de acuerdo con usted: quitarle la posibilidad de educar a una religión es quitarle mucho. Ahora bien, por supuesto que la educación, en detalle, cada uno la tiene que dar en su parroquia o en su comunidad. Pero la base del judaísmo—que después se desarrolló en el cristianismo y también en el Islam—es la exaltación del hombre como un ser capaz de comportarse más allá de sus instintos. La importancia que tiene la religión para la educación es que reafirma la condición de excelso que tiene el hombre, cada individuo en su conducción de tal. La escuela pública nacional debe tener algún tipo de enseñanza religiosa porque su rol principal consiste en transmitir valores. En el momento que se introduce el concepto de Dios, se deja un poco de lado lo antropocéntrico. Si no se habla de Dios, la imagen que se les da a los chicos es que todo pasa por lo humano, por uno mismo. Si se introduce la variante religiosa, después se puede encarar cualquier otro tema de una manera distinta. ¿Qué es la educación sexual? ¿Solamente informar acerca de cuestiones anatómicas y fisiológicas? ¿O dar esencialmente valores? Por supuesto que los chicos tienen que saber anatómica y fisiológicamente lo que les está pasando, pero eso tiene que ir acompañado de ciertos valores que les permitan decidir qué hacer con su sexualidad. Lo sexual debería servir para manifestar un profundo sentimiento de amor que yace en el hombre. Me gustaría que en la escuela, en el momento en que le dan información al chico, le digan: “El judaísmo opina que…”. Lo mismo con la cosmovisión cristiana o islámica; acentuar los denominadores comunes que hay entre ellas. Si llegáramos a abdicar de nuestra función educativa, perderíamos nuestra esencia. Se acentuaría esta realidad que vivimos hoy, del aquí y el ahora. En nuestras religiones es básico el concepto de trascendencia, significa que lo que se está haciendo no termina en ese acto en sí mismo, sino que tiene una proyección a futuro. Es fundamental transmitirlo en la realidad consumista que se vive en el presente.
Bergoglio: En la Biblia, Dios se muestra como un educador. “Yo te llevé a babucha, te enseñé a caminar”, dice. La obligación del creyente es hacer crecer a sus crías. Cada hombre y cada mujer tienen derecho a educar a sus hijos en sus valores religiosos. La incidencia del Estado en la privación de esta formación puede llevar a casos como el nazismo, en el que los chicos eran adoctrinados con valores ajenos a los de sus padres. Los totalitarismos tienden a copar la educación para llevar el agua a su propio molino.
Skorka: Algún mensaje al chico siempre se le da, sea mediante lo que se dice ose hace, o de lo que no se dice o no se hace. Siempre hay un mensaje, ¿por qué nosotros deberíamos abdicar del nuestro? La religión es una prédica hacia el hombre que busca su sentido de existencia. Es lo mismo que un filósofo que tiene una verdad que desea compartirla con los otros, que la quiere enseñar. El mensaje lo tengo que compartir con todos: el que quiere que lo reciba, y el que no quiere que no lo reciba; pero la información debe presentarse. Es una cuestión básica de toda religión, sin eso se terminó la institución religiosa. Hay que explicar algo claramente: religión no es sólo—judaicamente, y entiendo que también cristianamente, hablando—una cuestión de culto, de orar a Dios en un templo y ahí se terminó la historia. Para poder llegar a Dios,necesariamente hay que pasar a través del prójimo. El ser religioso debe manifestar su sentimiento por medio de un compromiso con valores de vida que reflejen el credo en una realidad trascendente. Esta información, a mi entender, es la que debe entregarse a los alumnos,para que—a través de su elaboración posterior—se vuelva parte esencial de su formación. Por otra parte, en los códigos de la ley judía, las leyes religiosas que indican cómo honrar a los progenitores se encuentran al lado de aquellas que reflejan cómo honrar al maestro. Uno está totalmente ligado con el otro. El judaísmo es esencialmente educación, siempre se está transmitiendo algo. Recordemos que el término rabino significa “maestro”.
Bergoglio: La escuela educa hacia lo trascendente, igual que la religión. Pero no abrirle las puertas a la cosmovisión religiosa en el ámbito escolar es mutilar el desarrollo armónico de un chico. Porque hace a su identidad, a transmitir los mismos valores que el padre, que se proyectan en el hijo. Se lo priva de la herencia cultural y religiosa. Si a la educación le quitás la tradición de tus padres, queda sólo ideología. La vida se ve con ojos cargados, no hay hermenéutica aséptica ni siquiera en la educación. Las palabras están preñadas de historia, de experiencias de vida. Cuando uno deja un vacío, lo ocupan ideas alejadas de la tradición familiar; así nace la ideología. Recuerdo que en el industrial había un profesor comunista. Teníamos una relación bárbara con él, nos cuestionaba todo y nos hizo mucho bien. Pero nunca nos mintió, siempre nos dijo desde dónde nos estaba hablando, cuál era su hermenéutica y su cosmovisión del mundo.
Skorka: Nosotros teníamos muchos maestros y profesores en el secundario,pero rara vez podíamos hablar de la vida con ellos. Algunos se manifestaban de tal modo que no dejaban lugar. Pero los chicos se preguntaban: este hombre que me enseña física o que me enseña química, ¿qué piensa para el bien de la vida? La educación no puede ser algo impersonal, tiene que haber diálogo. La clase se transformaba en algo mecánico, enseñaban geometría euclidiana pero nadie daba clase sobre las cosmovisiones del mundo. No había nada humano, las presentaciones eran frías, sin mensajes. Debería haber un consenso donde se respeten todos los puntos de vista, pero partiendo de la trascendencia del hombre, entendiéndola en su forma más amplia. Los profesores muchas veces no se apartan del texto, no abren el corazón. No queremos que la religión restrinja, pero tampoco que pase al revés.
Bergoglio: Hay una diferencia entre ser profesor y ser maestro. El profesor da fríamente su materia, mientras que el maestro se involucra. Es profundamente testimonial. Hay coherencia entre su conducta y su vida. No es un mero repetidor de la ciencia, como el profesor. Hay que ayudar a los hombres y a las mujeres para que sean maestros, para que sean testigos, ésa es la clave de la educación.