¿Alguna vez te has puesto a pensar en la manera como fuiste adquiriendo todo el bagaje de conocimientos, habilidades, y destrezas que posees hoy en día? El bebé aprende a chupar, aprende a mover la cabeza, aprende a comer con el pocillo, aprende a comer con la cuchara, aprende a girarse, aprende a gatear, aprende a sentarse… toda nuestra vida es una cadena de aprendizajes.
Pues bien, el aprendizaje es la clave para la supervivencia. Y por eso, todos nosotros aprendemos “para bien” o “para mal”. Aprendemos “para bien” cuando todos nuestros aprendizajes son comportamientos adaptativos, es decir, son funcionales para la realización de nosotros mismos como seres humanos integrales. Y aprendemos “para mal” cuando nuestros comportamientos apuntan s la dirección opuesta.
Pero así como el aprendizaje es la clave para la supervivencia, es también la clave para el éxito. Las personas exitosas son aquellas que han tenido excelentes “procesos de apre4ndizaje”. Para cualquier cosa que intentes realizar en tu vida necesitarás siempre de estos procesos. Pues de ellos depende el menor o mayor éxito en todo y cada uno de tus proyectos. Necesitaos aprender y aprender bien. Y para “aprender bien” necesitamos involucrar todos nuestros sentidos y canales sensoriales[1].