LA MEJOR MAESTRA DEL MUNDO
29 de julio de 2014
21 de julio de 2014
COMENCIO Y SU DIDÁCTICA
EL ARTE DE ENSEÑAR A TODOS
Comencio fue un teólogo, filósofo y pedagogo nacido en la actual República Checa. Fue un hombre cosmopolita y universal, convencido del importante papel de la educación en el desarrollo del hombre. La obra que le dio fama por toda Europa y que es considerada la más importante, es la Didáctica Magna, y su primera edición apareció en el año de 1630. le dio importancia al estudio de las lenguas y creó una obra llamada Puerta abierta a las lenguas.
Se le conoce como el Padre de la Pedagogía, ya que fue quien la estructuró como ciencia autónoma y estableció sus principios fundamentales.
En 1657 es publicada la Didáctica Magna, obra cumbre de Juan Amos Comencio, con 33 capítulos y dividida en tres partes: didáctica general, didáctica especial y organización escolar. Con ella buscaba la sistematización del proceso educativo; el mayor aporte de la obra de Comenio es sin duda la concepción de una educación para todos, universal, para combatir el analfabetismo. Se denota en su obra una tendencia pronunciada alrededor de la enseñanza, pero no ligada sólo al ámbito escolar, sino pensada ampliamente en el sistema político y social, unido siempre a una filosofía humanística.
Antes de la publicación del escrito de Comencio, aparecen las obras de Renato Descartes y Francis Bacon, y con estas el concepto de método científico, por lo que señala, que el sentido de método que aporta la obra de Comencio se fundamenta en estos autores. Para Comencio, el hombre es un animal disciplinable, entendido esto como sinónimo de educable o culturizable. Aunque ello no puede ocurrir al azar, debe ser sistemático, es decir, constante, metódico, ordenado y seguro. Bien lo afirma el mismo Comencio (1986) al expresar: "no puede, en modo alguno, formarse al hombre sin someterle a disciplina".
La idea de didáctica de Comencio es el mayor aporte al realismo pedagógico. Con su didáctica Magna plasma la idea de un plan sistemático de educación, buscando un lugar con puertas abiertas a todos los hombres, con concepciones nuevas y organizadas; además, utilizando metodologías de enseñanza cercanas a los métodos de la ciencia, con contenidos realistas y con concreciones científicas.
Comencio propone el método de enseñanza universal, el cual se estructura teniendo en cuenta tres momentos: la autopsia (comprender desde los sentidos), la autocracia (retener con la memoria) y la autopraxia (practicar). Con este procedimiento se muestra una mirada del alumno que aprende desde la acción, un método que posibilita el tratamiento del conocimiento mismo para facilitar su entendimiento. Comencio lo confirma cuando explica: "a esta didáctica que ahora ofrezco la he calificado de magna, porque es una técnica de la enseñanza universal, esto es, que enseña todo a todos". (Comencio, citado en Zuluaga, 2007, p. 107).
Estos momentos del proceso cognitivo de aprender, pasan por los sentidos, la memoria y la imaginación, luego la razón y por último el juicio y la voluntad.
EL OTRO EN LA VIRTUD
No se puede ser virtuoso ni feliz sino en la Polis. Aquí el otro refuerza y estimula con su comportamiento los hábitos virtuosos. No se es posible llegar a la virtud individualmente.
En la Educación, por ejemplo, la virtud tiene grandes implicaciones, por cuanto esta no se puede dar sin el otro. Tendríamos aquí muchísimo que decir en lo referente a la educación como proceso de formación en la cultura. Formarse como ser humano consistirá en ir tomando forma de ser humano a través de la virtud.
Las virtudes humanas (prudencia, fortaleza, templanza y justicia) son potenciadas e iluminadas por las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad). Entre ellas la caridad es la excelsa (el amor); por esto, cuando se ama, la fuerza benevolente del amor impulsa contra toda desesperanza. La excelencia del amor de Dios, como don, no encuentra posibilidad alguna de superación.
La virtud es también una invitación a la autonomía, pero no la autonomía entendida a la manera moderna (que se impone como principio y fin), sino en el sentido de que es el hombre mismo quien escoge ser virtuoso y quien actúa libre y constantemente para alcanzar la virtud. Se podría decir que con la virtud el ser humano se libera de sí mismo.
3 de julio de 2014
Autor: Ramiro Pellitero
Educación y coherencia |
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La coherencia del educador cristiano es clave para educar en la fe, lo
que incluye anunciarla y transmitirla a muchos, empezando por sus alumnos.
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2 de julio de 2014
La alteridad como concreción de la opción por la persona
Alteridad significa negación de la totalidad cerrada; término latino: Alter, otro, significa negación de la mismidad.
Por ello, la alteridad es la búsqueda del otro como horizonte de posibilidades para su realización; apertura al otro, pues aceptar su realidad me exige abrirme a él: ponerme a su servicio con amor real, solidaridad, es decir, ayudar al desfavorecido para recobrar su dignidad..(Pensamiento filosófico de Levinas)
Maestros por Vocación
"Magister", "maestro", alude a la expresión "magis" de la que provienen mayor, más, mayoría de edad; en síntesis, madurez. El maestro es aquel que ha vivido un recorrido y ha desarrollado unas facultades y, por ello, puede acompañar a otros, que están iniciando ese recorrido y están deseosos de aprender y de crecer.
Ese carácter de "magis", como se ha repetido a lo largo de estas reflexiones, no coloca al maestro en situación de superioridad ni significa arrogancia, autosuficiencia o soberbia. El "magis", el magister, la magistra, porque es sabio (a), prudente y servidor y servidor (a), tiene la madurez y la humildad que lo llevan a comprender que el aprendizaje es una tarea compartida, y que quien enseña aprende y también quien aprende enseña.
La vocación significa, en fin, que el quehacer del maestro está animado por un espíritu de servicio en el que ponemos lo mejor de lo que somos, sabemos y creemos. Además, comprendemos bien que con este servicio estamos participando en el proceso más decisivo y apremiante que debe acometer un ser humano: su propia vida, la construcción de su propio ser.
La tarea del maestro como un verdadero ministerio, que implica asumir su misión como una vocación, más allá de una profesión o una función. El magisterio, entonces, es una vocación, entendida ella como un llamado de la sociedad y más aún, en el contexto de la experiencia creyente, como un llamado de Dios: "vocare", "vocatio" significa que en el origen de la noble tarea del maestro está no simplemente una decisión motivada por el gusto, la opción profesional o, menos aún, por la necesidad de "ganarse la vida", como decimos usualmente en sentido pragmático, sino por una invitación, de la sociedad en sentido secular, y de Dios en sentido trascendente.
1 de julio de 2014
Autor: Luis Alves Mattos | Fuente: http://apli.wordpress.com/
El
manejo del salón de clase
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El control efectivo ejercido por su poder de persuasión, por la estima
y respeto mutuos entre profesor y discípulos crea un clima optimo para el
orden y disciplina.
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