en pascua escuchemos al Maestro de la vida, para dar vida.
La voluntad de Dios para esta
pascua celebración de los bautizados, es una invitación a la conversión. Dios por medio de su palabra salvadora cuestiona todo lo que deshumaniza y atropella al ser
humano. Él es un Dios que acoge la causa de los oprimidos, que en la persona de su
Hijo, muere y resucita con los menos favorecidos, con los despreciados.
El mensaje de la pascua es de liberación y
esperanza, y la labor del maestro que alimentada por la fuerza de Jesús
resucitado, es forjar en los jóvenes principios que contrarresten los focos de
muerte que tienen a nuestro país desangrado y sumido en un manto de oscuridad y
de muerte.
La experiencia de la resurrección en cada
maestro, debe ser una experiencia de trasparentar la persona de cristo en su vida,
llevando a la vida de los estudiantes y de los que hacen parte de toda la
comunidad educativa, los sentimientos de Cristo resucitado, es decir los
valores del Evangelio; la Verdad, la honradez y la trasparencia, solo así se
podrá combatir: la corrupción que marca nuestra realidad en casi todos los
ámbitos sociales. La violencia como consecuencia directa de toda injusticia, y
que deja como principales víctimas a los niños y jóvenes de nuestra sociedad, y
no solo ellos sino la nación entera que por décadas ha sufrido el azote de la
violencia. La globalización y el capitalismo, que al contrario de lo que se esperaría,
desarrollo y progreso para todos, sigue generando desigualdad, pobreza, exclusión
social, injusticia y desempleo, además de las consecuencias en el sector de la
salud, la destrucción del medio ambiente y muchos megaproyectos que sacrifican
a los más pobres.
Vivir la pascua es vivirla en el contexto, es
concienciarse, esto es no solo tomar consciencia sino tomar parte en aquello de
lo que se es consciente, el maestro es el que contextualiza esta realidad en el
salón de clase que a la luz del Resucitado despierta en los estudiantes una mirada
esperanzadora, llena de oportunidades, de soluciones, de proyectos y metas. No solo
lleva conceptos y fórmulas que aprender, sino que forma para la vida desde la
vida real. Enseña a cuestionar los paradigmas y las ideologías que en vez de
liberar alienan. El maestro recibe del MAESTRO de la vida la gran
responsabilidad de vivificar el proyecto de vida de quienes se les ha entregado
en sus manos para formarlos.
Hola maestro,,, no tengas miedo la promesa del
Maestro de la vida, es: “Id, pues, y haced discípulos a todas las
gentes (…) y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que
yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.»
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