EDUCACIÓN Y CULTURA- DIÓCESIS DE PEREIRA

PASTORAL EDUCATIVA

29 de abril de 2013

¿Saber por saber o formarse para saber?

Nadie puede tener toda la ciencia en su cabeza. Se conocen personas que quieren conseguirlo y es admirable su esfuerzo y aquello que pueden lograr, pero desafortunadamente no lo pueden tener todo en la memoria. 

En el siglo XV y XVI se conseguía saberlo todo, pero a base de mucha garra y sincero deseo. Muestra de ello es el gran Leonardo Da Vinci, el hombre universal: pintor, escultor, científico –estudios de anatomía, botánica, vuelo de aves…– ingeniero, músico. Los conocimientos que se tenían del mundo ya eran muchos pero no tantos como comprobamos en nuestro siglo. De igual forma en el siglo XVIII se logró hacer un compendio de toda la sabiduría conocida por medio de la enciclopedia. 

Aunque era difícil estudiarla se convertía en una tarea posible. Resultaron veintiocho volúmenes de todo el saber humano. Fue un trabajo arduo pero lo lograron. 

Si antes se logró, ¿por qué ahora no? Es difícil que alguien se haga esta pregunta. Lógicamente casi todo nuestro saber hasta el momento presente ya está escrito, pero es sumamente difícil que un hombre lo pueda saber todo.

Si una persona logra ser arquitecto, es probable que pueda estudiar también medicina. Podrá de igual forma sacar su título de abogado, pero… ya se le está acabando la vida. Ha logrado cubrir tres campos del saber, pero aún le falta mucho para saberlo todo.

En medio de tantos “gritos” (moda, libertad, dinero, naturaleza, deporte…) hay uno que es más sonoro y sobresale por encima de los otros; éste es el de la formación.

Para no ser un extraño en este mundo es necesaria la formación. Somos hijos de nuestro tiempo y debemos estar en él con conciencia de lo que somos. No es correcto tomar una actitud indiferente, apática. Por eso vemos que esta tendencia a tener una buena formación es cada día más común y corriente. No se necesitan muchas técnicas ni métodos para comprender lo importante que es.

La mayoría de las personas lo saben y viven dándole gran importancia a esta realidad. Pero ¿saber por saber? No, la clave está en saber, saber. En medio de tanta información te ahogas, es necesario aprender a saber. Miles de datos giran alrededor de nosotros: cifras, estadísticas, esquemas, resultados, aspectos comprensibles, etc. Todo esto es llamativo y sería muy interesante tenerlo bajo nuestro dominio, pero a veces estás expuesto a ser un objeto manipulable por información externa y quizá errónea.

Cada persona que quiera progresar, que quiera ser útil en esta vida tan corta que tenemos, debería tener su propia “fire walt” a ejemplo de los usuarios de Internet. No dejarás que te formen otros, como muchos desean. Tú mismo eres quien te debes formar, eres tú quien te construyes poco a poco utilizando aquellos materiales que más te sirvan.

Tú como persona humana eres única, tú decides cuáles son tus intereses, cual será tu carrera, cuales serán tus estudios. Cada vez está más de moda el especializarse y es lo más correcto, pero sin dejar de tener unos conocimientos generales que objetivamente están bien. La formación que recibas te realizará como persona, pero no sólo eso, así podrás aportar con tu porción de información en muchos campos.

Hacen falta personas preparadas, no personas que saben mucho, sino personas que han sabido aprender. No personas que sólo estudian para su propio provecho, sino personas que son conscientes de que a su lado hay otros seres humanos que le piden una mano de ayuda. No es simple filantropía, es ley natural, es la forma de vivir junto a los otros seres que también han sido pensados por el creador.

No te realizarás solo, de forma individual y egoísta. Tú puedes dar aquello que con tu esfuerzo has podido lograr. Eso perdurará en el tiempo, eso llegará a la eternidad. ¿Qué corazón humano estará vacío si vive su propia vida con la intención de buscar profundas alegrías en los rostros y en los corazones?

Esto parece una invitación como muchas otras: lo es y está de tu parte aceptarla, está de tu parte ser una persona a la que se le puede agradecer. Tu formación depende de ti, pero recuerda que no sólo es para ti. ¿Acaso no habrá otro faro que ilumine el mundo lleno de tanta oscuridad?

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